Complejo de Comunicaciones de Espacio Profundo de la NASA
El Complejo de Comunicaciones de Espacio Profundo de Madrid (en inglés: Madrid Deep Space Communications Complex o MDSCC), está situado en Robledo de Chavela es una instalación del INTA, en colaboración con la NASA. También participa la ESA. Pertenece a la Red del Espacio Profundo y a la European VLBI Network, y su primera antena se colocó en 1961 para el Programa Mariner.
Una de las antenas de la estación (la de 26 metros, apodada «la Dino») sirvió de apoyo, junto al resto de antenas de la Red del Espacio Profundo, al vuelo del Apolo 11 en 1969, primera misión tripulada en llegar a la Luna, y al resto de las misiones Apolo.
La antena DSS-63, que nació con un diámetro de 64 m, y luego fue ampliada a 70 m para realizar el seguimiento de las sonda Yoyager cuando se extendió su misión más allá de Saturno.
Este centro de comunicaciones se empezó a construir en 1964, y su primera antena de 26 m de diámetro entró en funcionamiento al año siguiente. Desde entonces, y adaptándose a las necesidades de la Agencia Espacial de los Estados Unidos de Norteamérica, NASA, propietaria de las instalaciones, ha ido creciendo hasta la actualidad, con seis antenas de diferentes diámetros equipadas para el seguimiento de vehículos y sondas espaciales. De esas 6 antenas, 4 están en la actualidad operativas.
El complejo de Madrid forma parte de una red mundial que cuenta con otros dos centros similares en Australia y California. La situación geográfica de los mismos, separados aproximadamente 120 grados en longitud, ha sido elegida para que los vehículos puedan mantener contacto con alguna estación terrena, independientemente del movimiento diario de rotación de la Tierra.
La red es conocida internacionalmente como DSN, siglas que corresponden a su nombre en inglés: Deep Space Network (en castellano Red del Espacio Profundo), y está dirigida y gestionada por el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de Pasadena, California. En la actualidad constituye el sistema de telecomunicaciones para aplicaciones científicas mayor y más sensible del mundo.
Dispone de un museo en el que entre otras cosas se puede ver un trozo de roca de la luna.