Basílica Santa María en Trastévere, Roma
La Basílica de Santa María en Trastévere (Basilica di Santa Maria in Trastevere en italiano) es una de las iglesias más antiguas y veneradas de Roma, ubicada en el pintoresco barrio de Trastevere. Su origen se remonta al siglo III, cuando se erigió una iglesia en el sitio, supuestamente el primero en Roma donde se celebró públicamente la misa cristiana. Fue reconstruida en el siglo XII por el papa Inocencio II, quien le dio su aspecto románico actual, con una fachada adornada por mosaicos dorados que representan la Virgen María entronizada con el Niño Jesús, rodeada por santos y una procesión de vírgenes.
El interior de la basílica es un testimonio impresionante de la riqueza artística medieval. Destacan especialmente los mosaicos del ábside, realizados por el artista Pietro Cavallini en el siglo XIII, que representan escenas de la vida de la Virgen María y la Coronación de la Virgen. Estos mosaicos son un ejemplo sobresaliente del arte bizantino en Roma.
La iglesia también posee columnas corintias de mármol, que se dice provienen de las Termas de Caracalla, y un techo artesonado dorado del Renacimiento, diseñado por Domenichino. El altar mayor está decorado con mármol y por encima se encuentra un baldaquino medieval sostenido por cuatro columnas.
Santa María en Trastevere ha sido un lugar de devoción constante a lo largo de los siglos y sigue siendo un importante centro de la vida parroquial en Roma. Su ubicación en el corazón de Trastevere, un barrio conocido por su ambiente bohemio y animado, la convierte en un punto de referencia tanto espiritual como cultural.